miércoles, 28 de mayo de 2014

Mitos comunes en el mundo de la nutrición (I)

Como todos, hay varias materias de la ciencia que disfruto más y otras que me gustan menos. Una disciplina que he considerado siempre bastante interesante es la nutrición, ya que el entender cómo “actúa” cada nutriente en nuestro organismo, ayuda a llevar una dieta más equilibrada y a desechar todo tipo de mitos y creencias populares acerca de los alimentos que no están contrastadas bajo ningún concepto.
Por tanto, he recopilado una lista de los mitos más comunes que suelo escuchar acerca de la nutrición y la alimentación, y que seguro que vosotros también habéis escuchado en alguna ocasión.

Fuente: http://www.evia.org.es/tag/comida/

  1. La mayor fuente de hierro reside en las legumbres.

El hierro es un mineral muy importante para el organismo. Sin embargo, a la hora de consumir un determinado alimento, no sólo hay que tener en cuenta contenido en hierro en dicho alimento, sino también su “disponibilidad” a la hora de poder ser absorbido por nuestro organismo. Así, distinguimos dos tipos de hierro: el hierro hemo, presente en productos de origen animal (carnes, pescados, vísceras y moluscos), y el hierro no hemo, incluido en productos de origen vegetal (legumbres, frutos secos, algunas verduras, etc.). Pues bien, la absorción de hiero no hemo por nuestro intestino es mucho más baja que la del hierro hemo, por lo que las legumbres, al contener hierro no hemo, no deben ser consideradas una importante fuente dietaria de hierro. En el caso de que queramos aumentar la absorción de este hiero no hemo procedente de las legumbres, es aconsejable recurrir a la combinación con otros alimentos, por ejemplo, aquellos ricos en vitamina C (cítricos, verduras de la familia de la col, fresas, melón, pimiento…). Una combinación de legumbres con cualquier tipo de alimento rico en vitamina C, aumentará la absorción de hierro considerablemente.
Como curiosidad, uno de los productos que más hierro poseen (¡y del tipo hemo!) son los moluscos, como almejas y berberechos.  


  1. Los hidratos de carbono (como el pan), engordan.
Fuente: http://cocina.ahorro.net/
Los alimentos ricos en hidratos de carbono, como el pan, son la base de la pirámide alimenticia en una dieta equilibrada. Los hidratos de carbono en sí “engordan” poco (4 Kcal el gramo, mientras que, por ejemplo, las grasas rinden 9 Kcal/g). De hecho, un 50-65% de la energía total que consumimos de los alimentos debe proceder de los hidratos de carbono, ya que son un importante nutriente en el organismo y fuente de energía para nuestras células. El problema reside en el exceso de consumo o en acompañar estos alimentos con productos ricos en grasas. 


  1. El agua engorda durante las comidas.
El agua no contiene calorías, por lo que nunca puede engordar. Así, es indiferente que se consuma antes, durante, o después de las comidas. En cambio, sí que es importante su consumo (recomendado en torno a 2 litros al día, dependiendo del rango de edad) ya que es muy importante para nuestro organismo por las múltiples funciones que cumple.


  1. Si consumimos fruta después de las comidas engordamos.
Autor: Pink Sherbet Photography


Las frutas contienen el mismo número de kilocalorías independientemente de la hora del día a las que las consumamos, así que “engordan” exactamente lo mismo si las tomamos solas que acompañando a alguna de las comidas principales. En una dieta equilibrada, es recomendado el consumo al menos de tres raciones de fruta al día, ya que contienen numerosas vitaminas y minerales, así como gran cantidad de fibra.





  1. Los productos integrales tienen menos kilocalorías.

Un producto integral es aquel que no ha sido refinado y conserva todas sus propiedades nutricionales. De esta forma, este tipo de alimentos son una fuente importante de fibra, pero contienen las mismas kilocalorías que el alimento “original”. Por ejemplo, el arroz integral mantiene la "capa externa" del grano, rica en fibra, minerales y vitaminas, que en el caso del arroz blanco refinado se ha eliminado. Al final, todo reside en consumir cada alimento en su cantidad justa y necesaria: un exceso de productos integrales puede hacernos engordar, además de suponer un riesgo a la salud si el exceso de fibra es elevado, entre otras cosas.



Fuentes:

  • http://www.webconsultas.com/dieta-y-nutricion/dieta-equilibrada/falsos-mitos-en-alimentacion-807
  • Pérez Llamas, Francisca; Zamora Navarro, Salvador. "Nutrición y Alimentación Humana". 1ª edición. Aula de Mayores. Universidad de Murcia.  
  • http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/enfermedad/2006/03/02/149863.php


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