En muchas ocasiones nos topamos con animales que poseen unas
características físicas semejantes, pero sin embargo pertenecen a grupos
completamente diferentes. En el mundo de los Artrópodos ocurre muchísimo, y uno
de los ejemplos más claros es confundir a las “arañas de patas largas” con los
opiliones. Vamos a adentrarnos brevemente en la organización del mundo de
los Artrópodos, y aportaremos unas características básicas y sencillas para
poder reconocer sin esfuerzo a un opilión de una araña.
Los Artrópodos constituyen el filo animal más abundante y
variado del planeta, representando más del 90% de todas las especies del mundo
animal. En este grupo tan numeroso se incluyen una gran variabilidad de
animales, pero todos se caracterizan por presentar dos características comunes:
un esqueleto externo y apéndices articulados. Aquí encontramos cuatro clases
importantes: Insectos, Quelicerados, Crustáceos y Miriápodos.
Los Quelicerados son un subfilo importante dentro de los
Artrópodos, y presentan una serie de características comunes:
- Carecen de antenas.
- Tienen el cuerpo dividido en dos “zonas”: el prosoma (que es la fusión de la cabeza y el tórax) y el opistosoma (se corresponde con el abdomen).
- Presentan una serie de apéndices articulados situados en el prosoma:
- Un par de Quelíceros: que dan nombre al grupo. Son los apéndices más anteriores y pequeños, preorales, y ayudan en la alimentación. A veces pueden llevar asociados una glándula del veneno, y presentan distinta morfología (forma de pinza, uña…).
- Un par de Pedipalpos: situados tras los Quelíceros, son usados para multitud de funciones dependiendo de la especie: sensorial, masticadora, reproductora, etcétera. Pueden tener morfologías muy dispares, desde acabar en pinza en el caso de los escorpiones, a tener forma de antena en los solífugos.
- Cuatro pares de Patas locomotoras: a diferencia de los insectos, que tienen tres pares de patas.
Una vez que nos hemos adentrado en los Quelicerados, vemos
que dentro aparecen distintas clases, como los Merostomados (escorpiones) o los
Arácnidos (arañas, garrapatas, opiliones, ácaros…), entre otros. Pues bien,
mientras que opiliones y arañas pertenecen a la clase Arácnida, nos encontramos con que los opiliones
no son arañas, ya que las arañas se incluyen dentro del orden Araneae, y los
opiliones dentro del orden Opiliones. Aunque son próximos, pertenecen a órdenes
distintos, por lo que presentarán una serie de características importantes a la hora
de diferenciarlos:
Araña |
Opilión. Fuente |
- Mientras que las arañas presentan una cintura estrecha que separa al prosoma del opistosoma, los opiliones carecen de este estrechamiento, por lo que presentan las dos porciones corporales fusionadas y adquieren forma globosa o rechoncha.
- Los opiliones sólo presentan un par de ojos situados en el prosoma, mientras que las arañas suelen tener más, generalmente ocho.
- Las arañas tienen una glándula venenosa situada en los quelíceros, con los que aturden a las presas, mientras que los opiliones no son venenosos.
- Los opiliones no tienen hileras, por lo que no pueden construir telarañas como sí ocurre con la mayoría de las arañas.
- Los opiliones suelen poseer un cuerpo muy diminuto en comparación a la envergadura y longitud de las patas locomotoras, mientras que la mayoría de arañas presentan unas patas más cortas y robustas, aunque puede haber excepciones (por ejemplo, los opiliones pueden confundirse con los fólcidos, una familia de arañas patilargas).
Vemos como diferenciar una araña de un opilión es rápido y sencillo, y así sabremos qué tenemos delante la próxima vez que nos topemos con
uno de estos “bichos de patas largas" :)
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